Ninguno después de encender una antorcha la tapa con una vasija, ni la mete debajo de la cama; sino que la pone sobre un candelero, para que dé luz a los que entran. // Οὐδεὶς δὲ λύχνον ἅψας καλύπτει αὐτὸν σκεύει ἢ ὑποκάτω κλίνης τίθησιν, ἀλλ' ἐπὶ λυχνίας ἐπιτίθησιν, ἵνα οἱ εἰσπορευόμενοι βλέπωσι τὸ φῶς. (Lucas 8,16)
En el
blog donde te reciben con una botella, cuyo sobrenombre en el idioma
preferido del título, podría ser “Of the Bottle”, apareció una
nota de un tal “Demóstenes”, que señala a “suPapa”,
el Paco Iº, como un peronista.
En
su oratoria, altamente teórica, desarrolla tres tesis para
demostrar que el accionar de Palco Iº, el Grande, al que estos
sectores tributan honor Papal, posee camiseta peronista.
El
buen “Demóstenes”, no parece gozar de gran elocuencia, puesto
que la misma no logró convencerme del todo.
Yendo
de mayor a menor, se olvida el “Demóstenes” de los Cuatro
Principios Básicos desarrollados por su Papa, Paco Iº, en una
Conferencia de apertura durante la XIII Jornada Arquidiocesana de
Pastoral Social, desarrollada en Buenos Aires, cuando era
cardenal en 2010. Allí expuso sus cuatro principios dialécticos, a
saber:
1. El
tiempo es superior al espacio.
2. La
unidad es superior al conflicto.
3. La
realidad es superior a la idea.
4. El
todo es superior a la parte.
No
entiendo como se puede redactar un artículo sin hacer referencia a la base de su dialéctica.
Indagando
cosas menores, Paco Iº siempre dijo que no era peronista. Por
supuesto, nadie le creyó, como tampoco le creo yo.
Paco Iº es un dialéctico. Para él, el peronismo fue una realidad que debió
manipular a su favor. Del mismo modo la Iglesia de Jesucristo, es
otra de las tantas realidades que afrontó y manipuló a su favor con notable éxito. Tan bien le fue, que algunos inocentes dicen que es una
mala persona y luego lo llaman “Santo Padre”. Francamente, no sé
que puede tener de “santo”.
De las
tres tesis del tal “Demóstenes”, solo la primera está bien
desarrollada, dado que “su Papa”, autotildado Paco Iº, es
amante irrenunciable del poder individual, algo que asimiló muy bien
dentro del jesuitismo y sobre todo, de la mano de Arrupe, el cual le
dio todo el poder dentro de los jesuitas, cuando aún Bergoglio era un “pendejo”
mental.
La
segunda tesis, “Incomodidad con la excelencia”, no es mas que
la consecuencia del monumental desorden mental de Paco Iº. Un
demonio no es capaz de orden ni de disciplina, pues va contra su
forma de ser.
La
tercera tesis, “Prioridad de la táctica sobre la estrategia”,
es otra consecuencia de su dialéctica, y no la causa de su accionar peronista.
Algo que la elocuencia de Demóstenes logra ver, pero que reduce al
peronismo y no destaca que forma parte de la totalidad de su
dialéctica global.
¿Es
Paco Iº peronista? En realidad es un energúmeno, y lo digo en el
segundo sentido que le otorga el diccionario de la R.A.E.
Una
composición poética de cuarenta y cuatro versos sobre pascua se
atribuye a San Ambrosio (340-397), siendo alterados por el Papa
Urbano VIII (1568-1644), quien además de modificar los versos, los
distribuye en tres himnos. Uno de ellos, para Laudes de Pascua, es
Aurora cælum purpurat.
Este
himno es un canto místico al misterio pascual.
Primera
estrofa
Antiguo
texto monacal
Reforma
de Urbano VIII
Aurora
lucis rutilat,
Cælum
laudibus intonat,
Mundus
exsultans jubilat,
Gemens
infernus ululat:
Aurora
cælum purpurat,
Æther
resultat laudibus,
Mundus
triúmphans jubilat,
Horrens
avernus infremit:
Se
hace referencia a la Resurrección de Jesucristo, la cual se produce
en la Aurora, una aurora que para el Antiguo texto monacal se pone
color de oro (rutilat), pero en la reforma del renacimiento
barroco, se da dentro de un cielo púrpura. Como la llamaba el poeta
Homero, la Aurora de rosados dedos (ῥοδοδάκτυλος
Ἠώς). Es el Sol Oriens de navidad que se hace real en
Pascua, Sol que ya brilla, y lo ve quien quiere verlo, pues para la
Fe se requiere la voluntad.
Ha
concluido la noche de la Humanidad, ha surgido la Luz de un nuevo
amanecer, de un nuevo día, de una nueva era, de un novedoso eón. El
mundo antiguo, ha muerto.
El Sol
naciente empieza a brillar dentro de un mundo sumergido en tinieblas.
Color púrpura, pues el día pleno no ha llegado, solo que se hará
pleno por medio de la púrpura del sufrimiento.
Como
lo dice el segundo verso, el cielo produce su propio sonido y entona
sus alabanzas (Cælum laudibus intonat). Por su parte, los
reformadores oyen estas alabanzas en el aire (æther resultat
laudibus).
Aparece
todo un mundo oculto que exultante se alegra (Mundus exsultans
jubilat), porque se siente vencedor en el triunfo (mundus
triúmphans jubilat). Es la Humanidad que sale triunfante
del Hades, pues este llora y grita (gemens infernus ululat),
más aún, este horrible Averno brama (horrens avernus infremit).
Segunda
estrofa
Antiguo
texto monacal
Reforma
de Urbano VIII
Cum
Rex ille fortissimus,
Mortis
confractis viribus,
Pede
conculcans tartara,
Solvit
a pœna miseros.
Rex
ille dum fortissimus
De
mortis inferno specu
Patrum
senatum liberum
Educit
ad vitæ jubar.
Como
una mística épica, el Rey potente, Jesucristo, quiebra la muerte
para los varones (mortis confractis viribus), aplasta el
tártaro con el pie (pede conculcans tartara) y desata a los
miserables de sus penas (solvit a pœna
miseros).
Para
los reformadores el Rey fuerte, libera a los Padres antiguos (patrum
senatum liberum) sacándolos de la cavernosa muerte del Averno
(de mortis inferno specu) y llevándolos a la alegría de la
vida (educit ad vitæ jubar).
Tercera
estrofa
Antiguo
texto monacal
Reforma
de Urbano VIII
Ille
qui clausus lapide
Custoditur
sub milite,
Triumphans
pompa nobili,
Victor
surgit de funere.
Cujus
sepulcrum plurimo
Custode
signabat lapis,
Victor
triumphat, et suo
Mortem
sepulcro funerat
La
estrofa trabaja con la antítesis.
Aquel
que estaba preso con una piedra (Ille qui clausus lapide) y
vigilado por soldados (custoditur sub milite), surge vencedor
del sepulcro (Victor surgit de funere), triunfante con la
noble pompa (triumphans pompa nobili)
Por
otra parte para los reformadores, el sepulcro (cujus sepulcrum)
estaba sellado con una piedra, y con numerosos guardias (plurimo
custode signabat lapis); pero el Vencedor triunfó (Victor
triumphat) y sepultó a la muerte sellando ese mismo sepulcro (et
suo Mortem sepúlcro funerat).
Cuarta
estrofa
Antiguo
texto monacal
Reforma
de Urbano VIII
Solutis
jam gemitibus,
Et
inferni doloribus,
Quia
surrexit Dominus,
Resplendens
clamat Angelus.
Sat
funeri, sat lacrimis,
Sat
est datum doloribus:
Surrexit
exstinctor necis,
Clamat
coruscans Angelus.
Esta
estrofa es una consecuencia de esta aurora púrpura, y de esta épica
teológica.
Ya
está libre el infierno de gemidos y dolores (solutis jam
gemitibus, et inferni doloribus), porque el Señor resucitó
(quia surrexit Dominus) y el Ángel resplandeciente lo anuncia
(resplendens clamat Angelus)
Basta
ya de lamentos fúnebres (sat funeri), basta ya de elegías,
(sat est datum doloribus) basta ya de lágrimas (sat
lacrimis). Un Ángel radiante (coruscans Angelus), el
mismo que se encontraba en el sepulcro, anuncia (clamat) que
resucitó quien suprimió la muerte (surrexit exstinctor
necis).
Quinta
estrofa
Antiguo
texto monacal
Reforma
de Urbano VIII
Quæsumus,
Auctor omnium,
In
hoc paschali gaudio,
Ab
omni mortis impetu
Tuum
defende populum.
Ut
sis perénne mentibus
Paschale
Jesu gaudium,
A
morte dira criminum
Vitæ
renatos libera.
Esta
estrofa abandona la meditación de la resurrección, y se centra en
el alma, por ello se pide al Autor de todas las cosas (quæsumus,
Auctor omnium) que en esta alegría pascual (in hoc paschali
gaudio) defienda a su pueblo (tuum defende populum) de
toda la violencia de la muerte (ab omni mortis impetu).
Que
sea eterna la memoria (ut sis perenne mentibus) del gozo
pascual de Jesucristo (paschále Jesu gáudium), misterio
este, donde hemos renacido libres a otra vida (vitæ renatos
libera), saliendo de la feroz muerte del pecado (a morte dira
criminum).
Sexta
estrofa
Antiguo
texto monacal
Reforma
de Urbano VIII
Gloria
tibi Domine,
Qui
surrexisti a mortuis,
Cum
Patre et Sancto Spiritu,
In
sempiterna sæcula.
Amen.
Deo
Patri sit glória,
Et
Fílio, qui a mórtuis
Surrexit,
ac Paráclito,
In
sempitérna sæcula.
Amen.
La
última estrofa es
la doxología propia de cada himno, adaptada en este caso a la
resurrección.
A
continuación, dejamos el himno cantado por los monjes de la Abadía
de Barroux. cuyas horas pueden seguirse desde
este enlace.
Como es costumbre, la liturgia de las horas monacales, sigue el texto
latino anterior a la reforma barroca.
En la liturgia del Viernes Santo, durante la adoración de la cruz, se hacen los improperios. Estamos hablando de la liturgia tradicional de occidente, antes que llegara el “Atila” Bugnini y la demoliera: pues había que aniquilar del rito latino, “las costras del pasado”.
Hoy, ante un falso papado, como el de Bergoglio, los improperios cobran actualidad; pues afirma Bergoglio que como reza un puñado de salmos en Maitines y Laudes, es judío. No es de extrañar esta afirmación, pues para su dialéctica las acciones generan las esencias: ergo, el rezar dos pares de salmos, lo hizo un judío nato y de raza pura.
Como muchos cantan 150 salmos por semana, algunos más que él, afirmo que esta acción nunca los hizo judíos, y por tal motivo presento los improperios o reproches que Jesucristo hace a los judíos conscientes de lo que hicieron, esos mismos que tal vez se sentaron a la mesa a comer “casher” con Bergoglio.
Son los improperia una de las redacciones más bellas del rito latino, pero de ese latín que se sentía unido a la lengua universal, que en su momento era el griego de la koiné. Por ello, la parte tocante al público, se canta en dos idiomas, tanto en latín como en griego. Esto señala la antigüedad de la composición, pues Roma era bilingüe por aquellos años. Un pedagogo romano, enseñaba tanto latín como griego. Por otra parte el griego era también para los extranjeros que llegaban a Roma, pues era la lengua cultural de occidente, de allí que se conservó en el rito latino. La pronunciación griega, está en letras latinas y conserva la pronunciación original, no la del actual griego moderno. Lógicamente, cuando llegó el “Atila” Bugnini, dejó de crecer el pasto bajo los cascos de su caballo, y si pulverizó el latín, imaginen que hizo con el griego.
Los modernos buscan socavar todo vestigio de autenticidad basada en la Tradición, de allí que intentan desesperadamente ubicar los improperios varios siglos más tarde (s. IX); pero el texto griego, unido al latino, los desconcierta, puesto que es lapidario para estos ciegos de la modernidad; y no quieren reconocer, que el texto adquiere su contexto en los primeros siglos de nuestra era.
Su redacción se toma de los profetas Miqueas, Jeremías e Isaías; pues la oración se montaba de la Sagrada Escritura, no era invención pura, como algunos acostumbran hacer hoy, y luego de inventar nos cacarean de la Biblia.
Su canto se alterna entre dos cantores y dos coros y su composición se basa en el profundo contraste entre la misericordia divina por un lado y la dureza del corazón por parte del hombre.
Aquí está la actualidad. El judío Bergoglio instauró una era de la misericordia, pero el corazón del hombre sigue estando cerrado. Por otro lado, ¿por qué debe abrirse el corazón del pecador, cuando la Iglesia se hace más complaciente con el pecado, mostrándose llena de pecadores? He aquí la paradoja del judío Bergoglio.
Latín
o Griego
Traducción
Dos
cantores del Coro 1. Popule meus,
quid feci tibi? aut in quo contristavi te? Responde mihi.
Quia
eduxi te de terra Aegypti, parasti crucem Salvatori tuo.
Pueblo
mío, ¿qué te hice? O en ¿qué te contristé? Respóndeme.
Porque
te saqué de la tierra de Egipto,preparaste una cruz a tu
Salvador.
Coro
1. Ἅγιος ὁ Θεός.
[Agios
o Theos.]
Coro
2. Sanctus Deus.
Coro
1. Ἅγιος ἰσχυρός.
[Agios
ischyros.]
Coro
2. Sanctus fortis.
Coro
1. Ἅγιος ἀθάνατος,
[
Agios athánatos.]
Coro
2. Sanctus immortalis,
Coro
1. ἐλέησον ἡμᾶς.
[eléison
imas.]
Coro
2. miserere nobis.
Santo
Dios.
Santo
fuerte.
Santo
Inmortal
Ten
misericordia de nosotros.
Dos
cantores del coro 2. Quia eduxi te
per desertum quadraginta annis, et manna cibavi te, et introduxi
te in terram satis bonam: parasti Crucem Salvatori tuo.
Coro
1. Ἅγιος ὁ Θεός. (Se
repite)
Porque
te conduje cuarenta años por el desierto, y te alimenté con el
maná y te llevé a una tierra deliciosa, tú preparaste una cruz
a tu Salvador.
Dos
cantores del Coro 1. Quid ultra debui
facere tibi, et non feci? Ego quidem plantavi te vineam meam
speciosissimam: et tu facta es mihi nimis amara: aceto namque
sitim meam potasti: et lancea perforasti latus Salvatori tuo.
Coro
1. Ἅγιος ὁ Θεός. (Se
repite)
¿Qué
más debía hacer por ti que no lo haya hecho? Yo te planté como
viña muy hermosa y tú te has hecho muy amarga para mí; pues
apagaste mi sed con vinagre y abriste con una lanza el costado de
tu Salvador.
Dos
cantores del Coro 2. Ego propter te
flagellavi Aegyptum cum primogenitus suis: et tu me flagellatum
tradidisti.
Yo por
tu amor azoté el Egipto y a sus primogénitos, y tú después de
azotarme, me entregaste.
Coro.
Popule meus, quid feci tibi? aut in
quo contristavi te? Responde mihi.
Pueblo
mío, ¿qué te hice? O en ¿qué te contristé? Respóndeme.
Dos
cantores del Coro 1. Ego eduxi te de
Aegypto, demerso Pharaone in Mare Rubrum: et tu me tradidisti
principibus sacerdotum.
Coro
1. Ἅγιος ὁ Θεός. (Se
repite)
Yo
te saqué de Egipto, sumergiendo al Faraón en el Mar Rojo; y tú
me entregaste a los príncipes de los sacerdotes.
Santo
Dios...
Dos
cantores del Coro 2. Ego ante te
aperui mare: et tu aperuisti lancea latus meum.
Yo te
abrí el mar: y tú con una lanza abriste mi costado.
Coro.
Popule meus, ...et reliqua.
Pueblo
mío, etc.
Dos
cantores del Coro 1. Ego ante te
praeivi in columna nubis: et tu me duxisti ad praetorium Pilati.
Yo te
precedía en una columna de nube; y tú me llevaste al pretorio de
Pilatos.
Coro.
Popule meus, ...et reliqua.
Pueblo
mío, etc.
Dos
cantores del Coro 1. Ego te pavi
manna per desertum: et tu me cecidisti alapis et flagellis.
Yo te
alimenté con el maná por el desierto; y tú me hartaste de
bofetadas y azotes.
Coro.
Popule meus, ...et reliqua.
Pueblo
mío, etc.
Coro
1. Ego te potavi aqua salutis de
petra: et tu me potasti felle, et aceto.
Yo te dí
para beber el agua saludable de la peña; y tú me diste a beber
hiel y vinagre.
Coro.
Popule meus, ...et reliqua.
Pueblo
mío, etc.
Dos
cantores del Coro 2. Ego propter te
Chananaeorum reges percussi: et tu percussisti arundine caput
meum.
Yo por
tu amor golpeé a los reyes cananeos y tú con una vara golpeaste
mi cabeza.
Coro.
Popule meus, ...et reliqua.
Pueblo
mío, etc.
Dos
cantores del Coro 1. Ego dedi tibi
sceptrum regale: et tu dedisti capiti meo spineam coronam.
Yo te di
un cetro real y tú pusiste en mi cabeza una corona de espinas.
Coro.
Popule meus, ...et reliqua.
Pueblo
mío, etc.
Dos
cantores del Coro 2. Ego te exaltavi
magna virtute: et tu me suspendisti in patibulo Crucis.
Yo te
exalté por mi gran poder; y tú me suspendiste en una cruz.
A partir de la fecha, se encuentra disponible el último libro del editor de este blog. Se puede adquirir por Amazon en tapa blanda, o en la versión electrónica por Kindle.
Tomamos aquí el arjé cοmo principio, el cual sería "aquello de lo cual derivan todas las demás cosas". "Principio" sería, pues básicamente, el "principio de realidad".
Los griegos también lo emplearon con el significado de fundamento. El término cosmos (κοσμὸς) en griego significa orden, por lo tanto cuando se habla de cosmogonía, se habla de cómo se generó un orden. Este orden no solo es natural. En las religiones politeístas de la antigüedad implicaba llegar a un determinado orden divino, por ello surge el término teogonía. De lo divino se pasa al orden de los elementos naturales que muestran el escenario del mundo, y por último se llega al orden humano, con un orden social, que está de la mano junto al orden divino. Los tres órdenes van juntos, de allí que cambiar abruptamente una cosmogonía, implica cambiar todo el orden existente.
Hoy el orden se ha invertido. Los científicos buscan inducir el orden natural para ver el orden del hombre, y por último, si es que hay algún lugar, el papel que juega Dios en todo esto, si es que no está muerto.
Tal como lo explicamos, el primer acto de toda cosmogonía, es el acto inicial, titulado arjé, el cual puede narrarse míticamente, filosóficamente o insertando ambas concepciones. Existe una tercera forma, que consiste en la Revelación, tal como la emplea el libro del Génesis y como la empleó Parménides, cerrando con el magistral preámbulo del Evangelio de San Juan.
El hombre siempre se preguntó sobre el arjé. Pues el Inicio es un Principio, desde el cual se muestra una relación, entre lo divino y lo humano quien se halla dentro de su propio escenario, el cosmos que lo rodea.
Cualquiera que desee subirse al carro de Parménides, o al celestial de Elías, notará en la loca carrera de sus alados caballos, como ha evolucionado la idea del arjé, algo que intentamos pintar en estas breves páginas. Soy consciente que este no es una descripción profunda sino mas bien somera, por la cual se intenta demostrar, que el dueño de la Historia es Dios mismo.
La Providencia divina, no solo eligió al pueblo hebreo para preparar la venida del Logos encarnado, sino que lo mismo hizo con los pueblos vecinos. Se reveló a los judíos y preparó a los gentiles. Tal como afirmaba San Justino, el mártir, para quien existía un Logos spermaticós (λόγος σπερματικὸς) dentro del pensamiento griego.
En el siglo VI a. C. se produce la preparación más intensa para la llegada de este Logos encarnado. Los judíos regresan de Babilonia y los griegos tienen un amanecer tanto religioso como racional, llegando hasta lo místico. El Logos Encarnado, se desarrolló dentro del logos spermatikós y esta unidad fue imbatible ante todas las civilizaciones y culturas existentes. Y si fue imbatible en el pasado, lo será en el futuro. Digan lo que digan los necios de la inculturación, cuya catecismo nació dentro de las logias masónicas. ¿Qué me vienen a hablar ahora de aculturación? La inculturación existió siempre y fue llamada por los cristianos, vivir con los criterios del “mundo”.
Con la aparición de la Verdad en el Verbo Encarnado, se demostró que todos cayeron en la idolatría, tanto griegos como judíos, y cierta cábala, es el icono tácito de lo que afirmamos. Como asimismo cayeron en el panteísmo y la idolatría los mismos prelados de la Pachamama. Todavía me parece escuchar las carcajadas de los cuánticos al verlos inclinarse en los jardines vaticanos ante los ídolos de la prehistoria. ¿Este es el mensaje que prepararon para llevar a los cuánticos y astrónomos?
Por último, el catolicismo ha sido la institución de la Sabiduría. Hoy vemos los patanes que a esta institución apolínea, le quieren adosar lo dionisíaco, pues ellos si no adoran a Dionisios, no pueden vivir, y no pueden subsistir, porque son los infiltrados de las logias.
Este
himno se atribuye al Papa San Gregorio Magno (540-604) y su empleo se
inicia en dicha época. Se usa en las Vísperas desde el primer
domingo de Cuaresma hasta el viernes anterior al Domingo de Pasión,
tanto en domingo como días feriales.
Texto
original
Modificaciones
de Urbano VIII en 1632
Audi,
benigne Conditor,
Nostras
preces cum fletibus
In
hoc sacro jejunio
Fusas
quadragenario.
Scrutator
alme cordium,
Infirma
tu scis virium;
Ad
te reversis exhibe
Remissionis
gratiam.
Multum
quidem peccavimus:
Sed
parce confitentibus;
Ad
nominis laudem tui
(Ad
laudem tui nominis ) *
Confer
medelam languidis.
Sic
corpus extra conteri
Dona
per abstinentiam,
Jejunet
ut mens sobria
A labe
prorsus criminum.
Concede
nostrum conteri
corpus
per abstinentiam
culpae
ut relinquant pabulum
ieiuna
corda criminum.
Præsta,
beata Trinitas,
Concede,
simplex Unitas,
Ut
fructuosa sint tuis
Jejuniorum
munera. Amen
*
Según la versión monástica.
Comentario
del Himno
Primera
estrofa:
Audi,
benigne Conditor,
Nostras
preces cum fletibus
In
hoc sacro jejunio
Fusas
quadragenario.
Oye,
bondadoso Creador:
nuestras
súplicas con llanto
que
en este sacro ayuno
derramamos
en cuaresma.
La
cuaresma se dirige al Dios Padre Creador y se realiza hasta aquí con
tres elementos: el llanto del arrepentimiento, con las súplicas de
nuestras oraciones y un riguroso ayuno. Por supuesto esto para la
cuaresma neomoderna no encaja, dado que prácticamente no se ayuna y
mucho menos se llora.
Segunda
estrofa:
Scrutator
alme cordium,
Infirma
tu scis virium;
Ad
te reversis exhibe
Remissionis
gratiam.
Venerable
examinador de corazones
que
conoces las flaquezas de los fuertes
nos
dirigimos para suplicarte
la gracia
de la indulgencia.
La
cuaresma es una súplica que solicita Gracia de indulgencia al Señor,
que conoce absolutamente todo. Como decía San Buenaventura, mejor me
vería yo en Dios, que en mí mismo 1.
Tercera
estrofa:
Multum
quidem peccavimus:
Sed
parce confitentibus;
Ad
nominis laudem tui
Confer
medelam languidis.
Mucho
en verdad pecamos,
pero
al fin lo confesamos,
por
tu excelso nombre,
trae la
medicina para los débiles.
La
tercera estrofa expone el primer paso del arrepentimiento, el cual
consiste en confesar o reconocer el mal realizado. Como consecuencia
de este reconocimiento se pide la curación de esta herida del alma,
producida por la debilidad de la humana naturaleza.
Existe
en el tercer verso una variante dentro de los textos monacales, sin
modificar el significado en absoluto, tan solo ordena el hipérbaton
poético del original.
Cuarta
estrofa:
Dice
el original:
Sic
corpus extra conteri
Dona
per abstinentiam,
Jejunet
ut mens sobria
A labe
prorsus criminum.
Así
dominaremos por fuera el cuerpo
por
la gracia de la abstinencia
ayunando
para una mente sobria
de la
total mancha de los pecados.
Por su
parte la versión reformada de Urbano VIII dice:
Concede
nostrum conteri
corpus
per abstinentiam
culpae
ut relinquant pabulum
ieiuna
corda criminum.
Concede
controlar nuestro
cuerpo
por la abstinencia
y
dejando el sustento de la culpa
los
corazones ayunen el pecado.
Las
reformas no comenzaron con el masón Bugnini, sino que tienen larga
data. La era del así llamado “renacimiento” fue una de ellas.
Tan solo baste recordar la reforma del calendario juliano, suplantado
por el calendario gregoriano, que sumió el año 1582 y los años
siguientes en una confusión generalizada. Todavía en la actualidad,
muchos siguen usando el calendario juliano. Sucede que tanto Bugnini
como Pablo VI, sabían poco o nada de reformas, y de las
consecuencias que estas traen inevitablemente. Fue la ingenuidad de
esos años, donde se pensaba por comodidad, que solo era cuestión de
obedecer.
Como
lógica consecuencia, hoy fuera de los monasterios se emplean los
himnos reformados por este supuesto “renacimiento” al que no
escapó la sociedad, y dentro de ella, la iglesia occidental; y como
es el caso de los monjes, tenemos por oposición los himnos
anteriores a esta reforma.
Como
se puede ver, ambas estrofas afirman el mismo tema. El ayuno es un
ejercicio para controlar el cuerpo y dar camino libre al alma. Muy
bien lo enseñaba San Pablo en su carta a los Romanos (7,21-24):
Por
consiguiente, tengo en mí esta ley, que, queriendo hacer el bien, es
el mal el que se me apega; porque me deleito en la Ley de Dios, según
el hombre interior; pero siento otra ley en mis miembros, que lucha
contra la ley de mi razón y me encadena a la ley del pecado que está
en mis miembros. ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará de este
cuerpo de muerte?.
Quinta
estrofa:
Præsta,
beata Trinitas,
Concede,
simplex Unitas,
Ut
fructuosa sint tuis
Jejuniorum
munera.
Amen.
Atiende,
Santa Trinidad
concédenos,
simple Unidad
que
te sean fructuosos
las
ofrendas de los ayunos.
Amen.
La
última estrofa siempre es una doxología, dirigida a la Santa
Trinidad, cuya unidad no es complicada al estilo de los humanos, sino
absolutamente simple. Esta es la diferencia entre el ser infinito y
los seres finitos. A dicha Trinidad se ofrecen las ofrendas de los
ayunos.
Si lo
que se va a hacer, es el ayuno de la iglesia de Bugnini y Pablo VI,
consistente en dos días, personalmente cambiaría la quinta estrofa,
pues puede tomarse como una afrenta a la Trinidad. Así leemos en una
traducción de texto reformado en la era Bugnini esta doxología:
Oh
Trinidad Santísima concédenos
oh
simplísima Unidad, otórganos
que
los efectos de la penitencia
de
estos días nos sean provechosos.
Como
se observa, no tienen coraje para hablar de “ayunos” y lo
reemplazaron por la vaga “penitencia”.
Más
curiosa es esta otra traducción:
A ti,
Dios, santa Trinidad suprema,
todo
ser te alabe, Dios bendito,
y a
quienes salvas por la cruz gloriosa
acompaña
y dirige por los siglos.
Realmente,
los neomodernos no tienen vergüenza.
Los
monjes del Monasterio de Santa Magdalena en Barroux, quienes siguen
el Rito Romano antiquor con toda su belleza, hoy destruida por los
neomodernos, cantan este himno.